La factoría humana de las redes sociales

Datos, redes sociales y enriquecimiento del Capital en la Nube

“Las plataformas como Facebook o Instagram entraron en nuestras vidas con una gran promesa. Queremos estar conectados. Así como hace un siglo abrazamos el teléfono, abrazamos Facebook e Instagram. Luego, se inventó el capitalismo de la vigilancia y todo el proyecto se volvió extractivo y adversarial. Ya no se trata de conexión, sino de explotar información personal para obtener ganancias.” Shoshana Zuboff.

En una demanda sin precedentes en Argentina, el estudio CKZ Abogados y la Asociación por Plataformas Digitales al Servicio de la Humanidad (PDSH) han iniciado acciones legales contra Meta Platforms Inc. (conglomerado económico que incluye a Facebook, Instagram y WhatsApp), exigiendoles una compensación económica por las ganancias generadas a partir de los datos personales de un usuario de Instagram. Esta acción judicial plantea un debate fundamental y novedoso sobre el valor económico de los datos personales en la era digital, y sobre el derecho de los usuarios a recibir una retribución por las ganancias que sus datos generan.

Quienes somos usuarios de Instagram, Facebook, Twitter, y de cualquier otra red social, no pagamos directamente por usar las redes sociales, pero sí “pagamos” con nuestros datos: A través de estos datos que generamos al utilizar las redes sociales, las plataformas construyen perfiles precisos de los usuarios, lo que les permite dirigir la publicidad comercial específicamente a aquellos usuarios con más probabilidades de consumir los productos en cuestión. Así, las plataformas pueden ofrecer a las empresas comerciales un servicio de publicidad dirigida eficiente, basado en los datos personales aportados por los usuarios. En otras palabras, la publicidad dirigida, que es el centro de la capitalización de Meta Inc., se sustenta nada más y nada menos que en la información que es proporcionada por los millones de usuarios de las plataformas

La demanda, que tramita actualmente en el Juzgado Civil y Comercial Federal N° 10 de la Ciudad de Buenos Aires, se basa entonces en un principio jurídico sencillo pero central para el futuro de la sociedad argentina y el mundo: los datos generados por los usuarios de las redes sociales, luego explotados por las empresas de plataformas, poseen un valor económico exigible

Como plantea la demanda presentada, los usuarios tenemos derecho a percibir una compensación económica por la utilización de nuestros datos, ya que estos son la base para el enriquecimiento de los grandes empresarios dueños de las compañías digitales

Pensemos la evolución de las redes sociales desde su nacimiento hasta su consolidación como actores dominantes en la economía digital. Facebook, ahora parte de Meta, nació en 2004 con la promesa de conectar a las personas y facilitar la interacción social. Pero la realidad es que con el tiempo, las redes sociales han transformado su modelo de negocios, pasando de ser simples plataformas de comunicación y vinculación entre personas a erigirse en gigantes de la recopilación y el procesamiento masivo de datos personales.

En sus inicios, las redes sociales se presentaron como espacios de expresión y conexión sin costo aparente para los usuarios. Desde CKZ  Abogados entendemos que esta gratuidad es tan sólo una apariencia, ya que las empresas detrás de estas plataformas comenzaron a recopilar y analizar masivamente la información personal de los usuarios para monetizarla ofreciendo a las empresas comerciales el servicio de publicidad dirigida. A partir de este cambio, las interacciones en redes sociales se convirtieron en insumos fundamentales para la generación de valor económico por parte de las empresas tecnológicas, sin que los usuarios perciban ninguna compensación por eso.

Este modelo de negocios ha generado una desigualdad estructural, en la que los usuarios aportan la materia prima, que son sus datos personales y la producción de información en forma algorítmica, sin recibir retribución alguna, mientras que las empresas tecnológicas obtienen beneficios millonarios mediante la explotación de los datos y metadatos producidos por los usuarios. 

El problema surge también por que nuestra legislación en Argentina, y en cada rincón del mundo, está concebida en una época en la que el impacto de las plataformas digitales era incipiente, quedando totalmente obsoleta frente a la nueva realidad, permitiendo que el modelo de negocios basado en la explotación de datos se desarrolle sin ningún tipo de control, y que cinco empresas estadounidenses y chinas creen lo que conocemos como el “Capital en la Nube”: un conglomerado muy pequeño de empresas archimillonarias que se enriquecieron exponencialmente en los últimos 20 años, sin contemplar la posibilidad de pagar una parte de sus ganancias a los verdaderos generadores de ese capital, los usuarios.

Con esto no queremos decir que tienen que desaparecer las redes sociales, o bien que Instagram debería cerrar. Todo lo contrario. Queremos habitar nuestra nueva “casa común” que son la interacción con un otro a través del medio digital desde el humanismo, la libertad, la pluralidad, la transparencia y la justicia en su distribución.

Es importante resaltar que la legislación argentina está totalmente en coincidencia con el planteo de la demanda (Que las redes sociales retribuyan económicamente a sus usuarios). Sabemos que la inmaterialidad de las cosas, como las imágenes, las ideas, las invenciones, incluso la electricidad son legalmente consideradas “cosas”. ¿Por qué los datos producidos por millones de usuarios y sistematizados constantemente por algoritmos no lo serían? Y en el caso que se reconozca nuestro planteo jurídico, y efectivamente la producción de información realizada por el usuario sea “cosa”, ¿por qué esta no debe ser retribuida, si resulta en un enriquecimiento sin causa de empresa que la explota?

Imaginemos la infinita posibilidad de soluciones que habría si algo tan importante y basal de nuestra vida cotidiana, como son las redes sociales, pudieran ser reconocidas con el valor que millones de usuarios le otorgan. Podríamos pensar en la libre competencia de redes sociales, que convoquen nuevos usuarios porque esta empresa pagaría más por su utilización, o también, porqué no, una renta básica que resolverá situaciones como la indigencia de millones de personas a través del pago y retribución por los datos que otorgan. Los gobiernos del mundo incluso podrían asignar parte de los beneficios producidos por las redes a los sectores más vulnerables, como es la idea del “Salario Básico Universal” (proyecto presentado en la Cámara de Diputados de la Nación) que ayudaría a resolver los problemas producidos por la exclusión social y la falta de oportunidades.

Este caso, impulsado por CKZ Abogados contra Meta Platforms Inc., representa una discusión clave en la era de las plataformas digitales y la monetización de datos personales. Cómo continúe este litigio va a impactar en el futuro de las redes sociales y en cómo pensamos y habitamos internet. Podría incluso redefinirse la relación entre las grandes corporaciones tecnológicas y sus millones de usuarios. Queda por ver si la justicia argentina marcará un hito en el reconocimiento del valor de los datos producidos por los usuarios de ecosistemas digitales contribuyendo a habitar espacios digitales y entornos más justos y equitativos.