Hay poco dinero pero hay muchas balas
-¿Están tirando fuegos artificiales?- preguntó Leandro a eso de las doce y media de la noche. Le hice una seña y tratamos de escuchar que pasaba. De repente la ansiedad comenzó a agobiarnos. El peligro nos provocó ese calor que sube como la temperatura en un termómetro. “Al menos 10 disparos” decían las placas del…