El Ciberespacio es un Espacio Geopolítico
Por Juan Cruz Mazzetti
La Geopolítica como disciplina que estudia la relación entre la Geografía humana y natural, con la Ciencia Política y las Relaciones Internacionales, está, al igual que los demás campos de estudios, en constante cambio. Una de las causas de ese cambio son los avances tecnológicos, los cuales lograron algo que tal vez hace un siglo hubiera sido imposible de imaginar: crear nuevos espacios. La llamada “cuarta revolución industrial”, la cual incluye el desarrollo de internet hasta las redes 5G, ha generado una serie de disputas globales que requieren ser analizadas bajo la lupa de la Geopolítica.
Realizando un repaso sobre el desarrollo teórico de la Geopolítica clásica, podemos rastrear sus inicios en la obra de Rudolf Kjellen, quien influenciado por las ideas del geógrafo Friedrich Ratzel, plantea que los estados necesitan realizar prácticas expansionistas para hacerse de su “espacio vital”, lo cual significa conquistar territorios y así obtener recursos mientras aumenta su población. Por otra parte, Halford John Mackinder profundiza sobre la importancia del territorio, pero destaca la relevancia de los avances tecnológicos y Alfred Mahan, en el contexto del dominio británico, pone el acento en la importancia de desarrollar una flota marítima para controlar los mares y prosperar en el comercio como elementos esenciales para el progreso de una nación.
Ahora bien, en la segunda mitad del siglo 20, las superpotencias de la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, comenzaron a lograr un desarrollo tecnológico que les permitió explorar un espacio existente aun no explorados: el espacio extraterrestre y los cuerpos celestes. La disputa por dichos espacios luego de la caída del Muro de Berlín, continuó en el siglo actual con nuevos jugadores. De esta manera países como China e India diseñan planes de exploración lunar y decenas de otros países fabrican satélites para diferentes usos (comunicaciones, medio ambiente, investigación, seguridad, etc).
En consecuencia, observamos como los avances tecnológicos influyen en la exploración de nuevos espacios, pero también, en la creación de los mismos. De esta manera llegamos al concepto de ciberespacio, entendido como un espacio virtual (inexistente desde el punto de vista físico), en donde los individuos realizan diferentes actividades a través de redes digitales. También realizan actividades los Estados e individuos en nombre de este o en contra de él, lo cual genera una nueva preocupación para quienes deben tomar decisiones gubernamentales.
En la actualidad, la aparición de las redes 5G, las cuales permitirán grandes avances como la computación cuántica y “el internet de las cosas”, ha generado la competencia por los Estados más poderosos para el desarrollo de las mismas y para proveer a otros Estados un servicio que estará implicado en temas sensibles como el flujo de información, la energía o el transporte.
Si bien hay varios países trabajando en la tecnología mencionada, las potencias que hoy se encuentran disputando el control del ciberespacio son principalmente dos: Estados Unidos y China. El gigante tecnológico Huawei trajo más de un dolor de cabeza al ex presidente norteamericano Donald Trump y parece continuar una situación similar en la actual gestión de Joe Biden. Por su parte el gobierno Chino encabezado por Xi Jinping, plantea una estrategia sostenida sobre la empresa Huawei para influir en el uso de las redes de 5G en todo el globo.
En este sentido, podemos entender al ciberespacio como un lugar virtual en donde los Estados buscan expandir su influencia (similar a lo que sucedía con el “espacio vital”) y para lo cual deben avanzar en la creación de recursos tecnológicos materiales, inmateriales (como software) y humanos. De aquí deviene la importancia de la llamada Economía del conocimiento, ya que la capacidad intelectual para manejarse en este nuevo espacio se ha vuelto fundamental.
En cuanto al aspecto de la seguridad, cabe destacar que las agencias de inteligencia del mundo van a estar atentas a quien se queda con el control de flujo de información que circula por las nuevas redes, información ya no solo en sentido clásico sino concebida como provisión de datos de manera automática o inconsciente, por ejemplo, a través de los algoritmos con los cuales se pude saber qué es lo que las personas hacen o cuáles son sus preferencias y actividad con el simple uso del teléfono celular o de electrodomésticos. En la rama militar el uso de inteligencia artificial para controlar drones y robots también es un tópico sensible que merece ser debatido a nivel multilateral.
Una vez comprendido el contexto en el cual se da la disputa actual por el dominio del ciberespacio, debemos volver a la relación con las teorías clásicas, las cuales analizan los espacios clásicos (terrestres y marítimos), ya que estos no perdieron relevancia, sino que se conectan con los nuevos y definen decisiones gubernamentales. Esto es debido a que las redes 5G son provistas por pocos proveedores a través de cables submarinos, donde las distancias influyen en el destino de varias naciones.
Un caso interesante para analizar es el de Chile. El país sudamericano iba a realizar una obra de infraestructura submarina para recibir servicio 5G de la empresa Huawei desde Shangai. De esta manera el país trasandino abría la posibilidad de convertirse en la puerta de entrada de este servicio para el resto de Sudamérica, por medio de su mayor socio comercial: China. Sin embargo, la presión de Estados Unidos logró que el proyecto se cayera. El gobierno chileno se decidió por la propuesta de una empresa japonesa, la cual consiste en tender los cables de fibra óptica a lo largo de aproximadamente 13.000 km a través del Océano Pacífico, pasaría por Nueva Zelanda y luego llegaría a su terminal en Sydney. El gobierno chileno dice que esta ruta es la más recomendada en función del costo y la viabilidad, no obstante, es relevante tener en cuenta que Huawei figura en una lista de empresas peligrosas para la seguridad según el gobierno australiano.
De esta manera vemos como la posición geográfica de un país, en este caso Chile, fue determinante para la negociación por la provisión de un servicio a través del cual circulará la información de millones de ciudadanos, ya que depende de elementos materiales para su funcionamiento y estos están ubicados en un lugar específico dentro del espacio.
En el contexto actual de disputa entre dos potencias por dominar el ciberespacio, es importante adquirir conciencia de la trascendencia de las decisiones que se van a tomar ahora porque definirán el futuro de un mundo que aún no sabemos bien cómo va a funcionar, ni que actores nuevos van a aparecer dominando parte de la cadena de suministros de servicios claves para el desarrollo y la innovación. Es importante que los Estados tomen medidas para garantizar un margen de maniobra que les permita un desarrollo sustentable e independiente de sus economías y sociedad sin quedarse afuera de los avances tecnológicos.
Estados unidos y China pueden hacerlo solos, otras regiones del mundo deberán apostar a la integración para ganar peso en las negociaciones y los organismos multilaterales, en especial Naciones Unidas, deberán poner en agenda el tema en vistas a que si no se diseñan mecanismos de gobernanza global y proyectos regionales para que el nuevo espacio generado por las nuevas tecnologías sea más justo y democrático; seguiremos dependiendo del resultado de un reparto de “espacio vital” entre pocos grandes jugadores.
Bibliografía:
– Actis, Esteban y Creus, Nicolás (2018): “América Latina en la nueva bipolaridad emergente”; Nueva Sociedad.
– Actis, Esteban y Creus, Nicolás (2019): “Estados Unidos, China y el “desacople” ”; El Economista.
– Colacrai, Miryam (2012) “La Geopolítica: priorización del factor geográfico para comprender el poder nacional”. Universidad Nacional de Rosario.
– KAPLAN, Robert (2010): “La geografía del poder chino. ¿Qué tan lejos puede llegar Beijing en tierra o en altamar?”, Foreign Affairs Latinoamérica, Volumen 10.
– Luzzi Diego Hernán (2019): “Geopolítica de Internet: Red 5G y el conflicto entre Estados Unidos y China”. Instituto de Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de La Plata.
– Nikkei Asia: Chile picks Japan’s trans-Pacific cable route in snub to China. Disponible en: https://asia.nikkei.com/Business/Telecommunication/Chile-picks-Japan-s-trans-Pacific-cable-route-in-snub-to China#:~:text=TOKYO%2FSAO%20PAULO%20%2D%2D%20Chile,in%20China%2C%20Nikkei%20has%20learned.