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“¿Te acordás del Paraná?”

Por Milena Viceconte

Una frase que lamentablemente podría ser real entre dos personas en un futuro no muy lejano. Pero ¿Qué está pasando con nuestro río?

Como consecuencia de la crisis climática, en 2021, nuestro Río  Paraná alcanzó su nivel más bajo en 70 años y no  sabemos qué va a pasar con él a partir de ahora. Expertos temen y predicen que esta va a ser la lamentable nueva realidad del Río  Paraná que recorre las provincias de Corrientes, Misiones, Entre  Ríos, Santa Fe y Chaco, casi 5.000 kilómetros hasta su  desembocadura en el Río de la Plata. 

Siendo así, debemos saber que el río es la vía de transporte del 80% de las exportaciones del agro argentino y fuente de agua  potable y energía para importantes poblaciones urbanas. La desaparición de este, tendría un inimaginable impacto negativo en la vida de todos nosotros. 

Ante esta situación, el Sistema Nacional para la Gestión Integral  del Riesgo nos pidió a las personas “ahorrar agua en el consumo diario” y “almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar”, como también no realizar quemas de pastizales para evitar la  propagación de amplios incendios como los sufridos el año  pasado durante esta época. 

Pero, ¿Cuál es la verdad detrás de este comportamiento por  parte del río? Nada más y nada menos que la brutal  deforestación sin medida; lo que antes era selva, monte,  pantano o pastizal fue reconvertido en las dos últimas décadas  en tierras aptas para los cultivos de soja transgénica y ganadería intensiva que cambió, tal vez para siempre, la morfología del  territorio. 

La tierra nos está devolviendo el trato que siempre le dimos. 

Nuestro país se encuentra entre los primeros 10 países del  mundo que han sido más afectados por la deforestación en los  últimos 30 años, ya que casi 8 millones de hectáreas de bosque  fueron destruidas. Tenemos que entender que la tala  indiscriminada de bosques nativos no solamente pone en peligro la gran biodiversidad sino también a cientos de comunidades indígenas; destruye miles de hogares y quita a millones, sus posibilidades de conseguir sustento. 

Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, Brasil ha perdido hasta el 8% de sus bosques y selvas de la Amazonía y el  Pantanal en el primer tramo de este siglo. Paraguay muestra  cifras drásticas: según el Global Forest Watch (GFW), perdió 6  millones de hectáreas en los últimos 20 años. En un lapso similar, la Argentina perdió más del doble: unas 14 millones de hectáreas con epicentro en cuatro provincias: Salta, Formosa,  Santiago del Estero y Chaco. 

Pero no podemos volver el tiempo atrás, el Río Paraná ya no es,  ni será, lo que fue. 

El pasado 9 de agosto, la ONU declaró una “ALERTA ROJA PARA  LA HUMANIDAD”. Donde, con un artículo crucial, nos informan  que mientras nos enfrentamos a sequías históricas y luchamos  contra incendios forestales e inundaciones mortales, las  emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían  quebrar un límite clave de la temperatura global en poco más de  una década. 

Científicos explicaron que fuimos los humanos los que  calentamos la atmósfera, los océanos y la tierra; las  temperaturas de la superficie global han aumentado más rápido  que en cualquier otro período de 50 años durante los últimos  2.000 y es nuestra responsabilidad. Este calentamiento, como  podemos ver simplemente tomándonos 5 minutos en el internet, ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. 

No tenemos tiempo que perder, hay muchas maneras de tomar acción y el momento es ahora.

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